CAROLINA CAMBRILS / Madrid.
“Quemar después de leer” es un drama inusual, desmedido y estrambótico. Una tragedia al estilo de los Coen en la que se suceden las más disparatadas escenas de humor para transmitir un mensaje siniestro. Se trata de una simbiosis perfecta entre géneros tan dispares como el thriller, el drama, o el cine de espías.
A través de un humor cínico e inteligente, este filme destapa el rostro más vil y rastrero de las ambiciones humanas. Este tono cómico salta a la luz en las primeras escenas de una historia que cuenta cómo Osborne Cox (John Malkovich) - un ex agente de la CIA que está escribiendo sus memorias ante el tedio que le produce su prematura jubilación-, desata inconscientemente una espiral de infortunios. El problema surge cuando la secretaria del abogado matrimonial de la mujer de Cox pierde un CD con información confidencial del ex agente de la CIA en un gimnasio. Allí es donde Linda Litzke (Francesc McDormand) y Chad Feldheimer (Brad Pitt) – dos trabajadores del centro- lo encontrarán e intentarán chantajear a Cox. A partir de ese momento se desencadenan un sinfín de encuentros y desencuentros entre los personajes que dan vida a esta disparatada comedia. Casualidades y sucesivas torpezas coinciden para, de forma cómica, dar pie a un desenlace desagarradoramente funesto a la par que sorprendente.
"Quemar después de leer" es mucho más que una película divertida repleta de situaciones memorables. Se trata de un guión engrasado hasta la última página que transmite sentimientos variopintos y en muchas ocasiones contrapuestos. Una vez más, Ethan y Joel han demostrado cómo se puede salir airoso de cualquier terreno sin renunciar a un estilo propio cargado de fuerza e inteligencia.
Ficha técnica:
Año: 2008
Duración: 96 min
País: Estados Unidos
Dirección: Hermanos Coen
Guión: Hermanos Coen, basado en la novela de Stansfield Turner
Música: Carter Burwell
Fotografía: Emmanuel Lubezki
Productora: Working Title Films
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